Decir que este Ferrar es único en el mundo no es mera palabrería. El Salón del Automóvil de París, aquella escala que diera la bienvenida a leyendas como el Testarossa en 1984, fue sede una década y media después del estreno de un concepto distinto al resto. Durante el Mondial de l'Automobile edición 2000, la capital francesa mostró por primera vez una nueva creación de Pininfarina.

Ferrari Rossa 2000 es un concept car que al momento de su revelación ya anticipaba lo que llegaría dos décadas después. Y lo que llegaría dos décadas después era la Serie Icona. Los Monza SP1 y SP2 se incorporaron a la gama de ediciones especiales de Ferrari como barchettas modernas con un legado detrás que parecen inspirarse en carrocerías clásicas, aunque el Rossa es el eslabón que completa la historia.

El Ferrari Rossa es único. Se trata de un concepto del que sólo existe un ejemplar en todo el mundo. Fue galardonado como Concept Car del Año para la temporada 2000 y su diseño representa la simbiosis entre pasado y futuro: no sólo se concibió como un precursor de los Monza, sino que se desarrolló como una interpretación moderna del Ferrari 250 Testa Rossa 1958.

En su silueta prevalece la suspensión trasera por encima de la delantera, lo que hace que el vehículo adopte una postura agresiva. Destaca por sus dos arcos antivuelco unidos por una barra transversal, lleva cuatro escapes en el sector trasero y dos aberturas junto a las ruedas delanteras que reducen la resistencia aerodinámica. Su dibujo, además, se asemeja a aquel concepto presentado en el Salón de Tokio 1989: el Ferrari Mythos. Sobre el capó asoma el motor delantero.

El Ferrari elegido para extraer la mecánica fue el 550 Maranello de 1996. Su motor es un V12 de 5.5 litros y 485 caballos de fuerza. El doce cilindros y su peso ligero proporcionan una velocidad máxima de 300 km/h y una aceleración de 0 a 100 en 4.5 segundos. Su aparición fue tomada como una visión del futuro para los convertibles biplazas de motor delantero.

Diseñando una belleza infinita.

El Rossa 2000 fue concebido en conmemoración de los 70 años de vida de Pininfarina, fundada el 23 de mayo de 1930. Luego de su presentación en el Salón de París, el carrocero turinés lo incorporó a su colección privada hasta el 2007, cuando lo vendió. En 2021, desde sus redes de difusión, la propia Pininfarina lo recordó como una “belleza infinita”.

Este concepto único en el mundo reune al pasado con el futuro. Con esa perspectiva fue creado el Ferrari Rossa 2000. Tras más de dos décadas de aquella presentación en París, su legado se ha garantizado con los Monza de la Icona. Que exista en solamente un ejemplar lo hace un Ferrari más que especial. ¿Te habría interesado verlo dentro de la gama de modelos de producción de Maranello?

Escritor. Licenciado en Comunicación. Experiencia en radio y televisión. Especializado en Ferrari, curiosidades e historias de marcas y lanzamientos de coches. Mantengo un lazo sentimental desde la infancia con el 456 GT 1992.+ info

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